Metal Gear Solid: Peace Walker es un impresionante título de acción e infiltración desarrollado para PSP, cuya historia se desarrolla poco después del final de Metal Gear Solid 3: Snake Eater, y coloca a los jugadores en plena década de los 70, con la Guerra Fría como telón de fondo.
Una de las principales novedades es la creación de una «Mother Base», una instalación en medio del mar que servirá para almacenar ítems y albergar personal que se vaya consiguiendo durante el transcurso del juego. A lo largo de la historia el jugador podrá reclutar a algunos enemigos que haya derrotado y transportarlos a la base usando el Fulton Recovery System.
Los soldados que se unan a Naked Snake (Big Boss) tendrán habilidades únicas que le ayudarán de muchas formas distintas. Consiguiendo añadir más soldados, los jugadores podrán ampliar la base y acceder a nuevas funciones. La «Mother Base» servirá, además, de campo de pruebas para Snake, ya que podrá mejorar sus armas o investigar la forma de crear nuevas.
Kojima no engañó a nadie al asegurar que esta entrega iba a dar mucho de qué hablar, gracias en parte al magistral argumento que presenta, convirtiéndose en uno de los mejores juegos del catálogo de PSP.