Final Fantasy XII

Tras once entregas repletas de éxito de la «saga de los números», como se la conoce en el país nipón, cualquiera habría esperado que la duodécima parte fuera más de lo mismo. Se ha rediseñado tanto el sistema de combate como el enfoque de la historia, sin embargo, resultará muy familiar incluso a los aficionados más puristas de Final Fantasy.

El gran ausente es el clásico sistema de combate y en Final Fantasy XII ya no tendrás que sufrir los enfrentamientos aleatorios. Square Enix, inspirándose en sus versiones online, ha desarrollado un nuevo mecanismo que los aficionados a juegos de rol online reconocerán de inmediato.

Se ha eliminado la transición a las escenas de combate, de hecho ni siquiera tendrás que desplazarte por el mapamundi, sólo tendrás que moverte por escenarios tridimensionales de enorme belleza y plagados de detalles. Para atacar a los enemigos no tienes más que acercarte y golpear, aunque correrás el riesgo de atraer a otros monstruos a la batalla. Este nuevo sistema, de gran sencillez y elegancia, infunde vida y mayor realismo al juego.

Aparecerá un arco rojo entre los monstruos y los jugadores a los que estén atacando, uno azul entre tus personajes y sus objetivos y uno verde entre los personajes que se estén curando. Gracias a estas sencillas indicaciones visuales, los combates resultan increíblemente intuitivos y te permiten analizar, planear y reaccionar a cada situación con sólo echar un vistazo.

Las secuencias por turnos se han sustituido por barras de acción, donde cada habilidad tarda un tiempo determinado en activarse, lo que dota a los combates de velocidad y naturalidad. También te puedes olvidar de tener que seleccionar “atacar” y tu objetivo una y otra vez en el menú del sistema de combate.

El golpe de gracia de este nuevo enfoque es el sistema de tácticas, que te permite asignar funciones a cada miembro del grupo y adaptar así el nivel de inteligencia artificial del juego a tu estilo y técnica.

Además de tácticas ofensivas como atacar al objetivo del líder del grupo o de estrategias defensivas como curar a aliados cuya salud sea inferior al 70%, puedes asignar un sinfín de acciones, lo que te permite ponerte cómodo y dedicarte a ver cómo se desenvuelve la contienda, cambiar de un personaje a otro para hacer ajustes o desactivar el sistema de tácticas y tomar las riendas.

La progresión de los personajes es más libre que en entregas anteriores y más acorde con Final Fantasy Tactics. Cada personaje cuenta con una tabla de licencias, similar al tablero de ajedrez, con las habilidades que puedes elegir: magias, técnicas, armas, armaduras…

Cada personaje empieza la aventura con sólo unas casillas desbloqueadas, pero puede ir adquiriendo habilidades de los cuadros adyacentes. A medida que destruyas a monstruos y superes obstáculos, irás ganando puntos que te servirán para adquirir nuevas licencias y conseguir así nuevas opciones.

Aunque con estos cambios Final Fantasy XII se desmarca de las anteriores entregas, la novedad más notable es la historia. De hecho, ya no es la historia de un joven cuya misión consiste en salvar a un mundo condenado, sino una superposición de tramas con un trasfondo marcadamente político. El nuevo y valiente Ivalice está en consonancia con el mundo de hoy en día.

Así es, se trata de una historia de huérfanos en la que nada más empezar adoptarás el punto de vista de Vaan, un joven rebelde que corre por las calles de Dalmasca. Sin embargo, en lugar de ver la historia desde este prisma, el personaje se funde rápidamente en una obra coral que ofrece un amplio abanico de perspectivas diferentes.

En todas las versiones de Final Fantasy se han añadido más personajes, explorado nuevos mundos y mejorado el sistema de combate, siendo los anteriores elementos su único denominador común. En Final Fantasy XII, la imaginación, el desarrollo de los personajes, el sistema de juego y los escenarios gozan de mayor profundidad que cualquier otra entrega anterior…, pero sigue tratándose de Final Fantasy.