Final Fantasy VII nos muestra un mundo distópico en el cual su protagonista, un mercenario llamado Cloud Strife, ex-integrante de SOLDADO, se une a un grupo de terrorismo ambiental conocido como AVALANCHA, el cual se enfrenta a los planes de la mega corporación Shinra Inc.
El mundo está bajo el control de la compañía eléctrica Shinra, una siniestra corporación que tiene el monopolio de la mismísima fuerza vital del planeta: la energía Mako. Dicha compañía se dedica a drenar la energía del planeta para alimentar sus reactores Mako y así generar energía menos costosa para sus habitantes, provocando un peligro para el mundo sin precedentes.
Tras pertenecer a SOLDADO, la unidad militar de élite de Shinra, Cloud Strife ahora pasa a ser un mercenario que presta su ayuda a los rebeldes, sin saber que se verá obligado a librar una batalla épica por el futuro del planeta, y a la vez tendrá que asimilar su propio pasado.
Conforme la historia progresa, Cloud y sus aliados no solamente tendrán que lidiar con Shinra, sino con un viejo conocido del pasado de Cloud, un hombre llamado Sefirot quien no se detendrá ante nada ni nadie para destruir el planeta en una misión de venganza personal.
En cuanto al sistema de batalla, Final Fantasy VII utiliza durante sus secuencias de pelea por turnos el sistema ATB (Active Time Battle) desarrollado por Hiroyuki Ito para Final Fantasy IV. Los personajes pueden fortalecerse a partir del equipamiento de elementos mágicos llamados Materias en las ranuras disponibles en armas y armaduras. La utilización de materias es una arma de doble filo, ya que cuantas más se tienen equipadas más débil es físicamente el personaje. Sin embargo, sin ellas no se pueden realizar magias ni ataques especiales. El juego utiliza una versión modificada de los «desperation attacks», dando lugar a los famosos Límites de Final Fantasy VII.